Nuestra actividad diaria está repleta de posturas inadecuadas que afectan la mecánica y el funcionamiento del organismo. Como ejemplo, cabe destacar una mala posición para escribir un mensaje en el móvil o el uso del sofá para ver la tele. Mantener una postura adecuada es esencial también a la hora de ejercitarse. Moverse de forma correcta es vital para evitar desbalance muscular y alteraciones musculoesquelética.
En ocasiones se tiene una idea equivocada de lo que significa estar en forma. Solemos asociar un cuerpo más definido únicamente a la fuerza. Cuando embarcan en un proyecto de actividad física, muchas personas cometen el error de empezar a cargar pesos máximos en lugar de centrarse en la colocación y técnica correcta de los ejercicios. Las malas posturas dañan los ligamentos y las articulaciones, y perjudican al ejercicio a largo plazo, mientras que mantener el control postural ayuda a evitar estos problemas y a sentirnos mejor.
Errores típicos
Propensión a elevar los hombros
Ocurre cuando se intenta levantar peso a una gran altura. Los hombros se elevan en demasía, escondiendo el cuello y induciendo la zona cervical y los hombros a soportar todo el trabajo. La tensión acumulada día tras día puede acabar en una lesión crónica.
Para disminuir la propensión, se recomienda posicionar los hombros hacía atrás y abajo. Como explican en sportadictos.com, «con esta posición la articulación del hombro, la del cuello y la columna en la zona dorsal estará mejor preparada para realizar trabajos de contra resistencia de una forma más segura».
Rodillas hacia dentro
Las sentadillas o el squat es un ejercicio muy común para el fortalecimiento de los cuádriceps y los glúteos. Llevar las rodillas hacia dentro provoca una disfunción de los rotadores internos en la cadera, generando tensión sobre el ligamento colateral interno de la rodilla.
Para poder mejorar este patrón de movimiento, es importante mantener los pies al ancho de la cadera y la rodilla apuntando al segundo dedo del pie. Durante el descenso se debe evitar que la curvatura lumbar se aplane o se rectifique, mantener la extensión de la columna dorsal y buscar una correcta alineación de la cabeza con la columna cervical.
Abdomen relajado
Este fallo se suele producir en posición de pie y repercute en arquear la columna hacia delante o doblar de mala manera la espalda cuando se está tumbado o sentado. Dichas posturas erróneas provocan un dolor agudo, lesionando la zona lumbar.
A la hora de trabajar la zona abdominal se debería pensar en el core, es decir, todo el conjunto de la musculatura profunda y superficial que estabiliza la parte central del cuerpo. Se aconseja entrenar el core tanto a nivel de estabilidad y también de fortalecimiento. Mantener el abdomen activo durante la práctica del ejercicio es clave para reducir el riesgo de lesiones y lograr la armonía anatómica.
Identifica tu entrenamiento
No solamente entrenar con una postura correcta se trata, sino también el movimiento. A la hora de hacer ejercicio también es importante tener claro que parte del cuerpo se quiere trabajar y cómo hacerlo de modo correcto. Caso contrario, el esfuerzo puede resultar completamente inútil. Antes de empezar, consulta con un profesional para identificar el tipo de entrenamiento ideal para ti y así poder cumplir con tus objetivos, entrenar sin lesiones, sin dolores excesivos, sin mayor fatiga ni cansancio, con energía y motivación.
Que importante es moverse de forma correcta para muscular, yo lo he sufrido en mis propias carnes que malas posturas producen lesiones, por suerte he ido rectificando las mismas. Saludos
Nos alegramos, Luis, que este artículo te ayude a seguir siendo consciente de la importancia de entrenar con una postura adecuada para el buen funcionamiento de la mecánica y del organismo.