Aprende a potenciar la motivación para lograr tu meta fitness

Pusimos fin a 2021 pero quizá todavía no hemos encontrado la manera de mejorar nuestra forma física el nuevo año. Si estás decidid@ a lograr un cambio en tu cuerpo y mente, hará falta algo más que marcar objetivos y propósitos. Los resultados esperados llegan con motivación, constancia y disciplina. 

Una buena dosis de motivación es clave cuando nos planteamos un reto. «La necesitamos para empezar, mantener y modificar los esfuerzos dirigidos hacia una meta», explica la psicóloga deportiva Gloria Redondo Rincon. Independiente el nivel, amateur o profesional, la mayoría de los deportistas marcamos objetivos a largo plazo para la consecución de la meta final. No obstante, valorar los pequeños logros durante el proceso ofrece un incentivo inmediato.

Escucha tu voz interior

No se puede olvidar que motivación y emoción van cogidas de la mano. Por ello, durante el camino que te llevará al objetivo final, también es importante atender a las emociones «para saber qué práctica es la más adecuada en ese preciso instante». Escuchar nuestra voz interior puede ser una herramienta muy eficaz para entrenar y elevar el estado anímico.

Identifica lo que te hace sentir bien

Toma tu tiempo para identificar la actividad que se adapte a tus gustos e intereses. De este modo es como lograrás la constancia necesaria para seguir disfrutando del entrenamiento. Mantener la constancia en la práctica deportiva es cuidar el cuerpo y respetarlo. No debe ser entendida como una obligación, ni mucho menos un elemento de frustración, sino algo que nos ayude a acercarnos a nuestras metas y nos haga sentir placer a la hora de mover el cuerpo.

Entrena la disciplina

Ahora que ya sabemos el valor determinante de la motivación y de la constancia, es hora de practicar la disciplina. Hablar de disciplina es hablar de las razones para hacer una tarea o alcanzar un objetivo. La disciplina no depende de la motivación pero sí puede acabar desarrollando la sensación de logro o satisfacción. Definir metas, ponerlas por escrito y premiar los pequeños progresos pueden ser de gran ayuda para entrenar la disciplina y construir hábitos saludables.