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Seguro que has visto alguna vez en tu gimnasio a personas entrenando con la sudadera puesta o envueltas en una faja de neopreno para sudar más. Existe la creencia popular que con estas «técnicas» es posible potencializar los supuestos efectos adelgazantes y perder peso de manera inmediata. Sin embargo, se trata de una percepción errónea. Lo que realmente hará quemar calorías será el tiempo y la intensidad empleados durante el entrenamiento.

La sudoración es parte de la naturaleza humana y cumple con la función de regular la temperatura corporal. «Cuando comienza a sentir calor, las glándulas sudoríparas producen gotas que son expulsadas por los poros. A medida que el agua se evapora en contacto con el aire, la temperatura corporal se estabiliza, volviendo al equilibrio», explica la científica especializada en sudoración Lindsay Baker. Normalmente, la transpiración ocurre en zonas como las axilas, las manos y los pies. Cuando nos exponemos a temperaturas elevadas o practicamos deporte, la sudoración se extiende a toda la superficie de la piel.

El volumen de sudor no determina la calidad de la actividad física (Foto El Personalista)

No sudamos igual

Ni todas las personas sudamos igual. Factores como el género, la genética, la masa muscular, el estilo de vida y las condiciones ambientales hacen que sudemos más. De todos modos, el volumen de sudor no determina la calidad de la actividad física. Como observa el entrenador personal Ángel Carmona, «puedes haber realizado genial tu plan de ejercicios y no haber sudado en exceso». Lo que realmente te ayudará a conseguir cambios estéticos será la práctica continua y el esfuerzo implicado. Entrena 30 minutos diarios al menos tres veces a la semana. Comienza con una intensidad moderada, aumenta de forma gradual y progresiva hasta llegar a un nivel avanzado que sea apropiado para ti. 

Repone el agua perdida

Recurrir a trucos para quemar el tejido graso no solo es ineficaz sino que además supone cierto riesgo para la salud. Si después de un esfuerzo físico exigente pasas por la báscula, comprobarás que hay un descenso significativo en tu peso. En su mayor parte son agua, sales y minerales que recuperarás apenas te hidrates. No obstante, si no repones el líquido perdido, podrás sufrir una deshidratación severa con efectos secundarios en los sistemas cardiovascular, metabólico y endocrino. Por lo tanto, entrena de manera responsable, hidrátate adecuadamente y deja que tu cuerpo sude de forma natural.

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louzada.claudia@gmail.com

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