El mundo del fitness sigue en constante evolución. El abanico de opciones para estar en forma y someter el cuerpo a nuevos retos se hace interminable. Hay entrenamientos para todos los gustos y niveles físicos. Y hay también los que todavía no hemos oído hablar. Este es el caso del Slackline, más conocido como equilibrismo o “caminar sobre la cuerda floja”. La modalidad deportiva, que requiere concentración plena, te permitirá desarrollar la percepción y lograr el equilibrio integral.
Lo único que necesitas es una cuerda plana de nylon o poliéster, de unos 5 centímetros de ancho, y dos puntos de sujeción. “Lo importante para la seguridad del deportista es que la cuerda se encuentre bien anclada a los dos puntos fijos que por lo general son árboles”, explican desde www.puntofape.com . La actividad consiste en mantenerse parado o caminar sobre la cinta al aire. Esto ayuda a corregir constantemente la postura y mantener el equilibrio corporal. Fortalecerás piernas, espalda, brazos y la zona abdominal. Una vez que domines la caminata, podrás realizar posturas de Yoga y acrobacias.
Para iniciarte en este deporte extremo se recomienda utilizar unas zapatillas de suela plana, buscar un lugar adecuado y tener en cuenta la altura de la cuerda (no situarla a más de 50 cm) y la longitud de la misma (entre 5 y 9 metros). Comienza con un pie y cuando lo tengas controlado intenta pasar al otro. También es fundamental una posición correcta, manteniendo las rodillas ligeramente flexionada, la espalda erguida y los pies en línea con la cuerda.
Además del esfuerzo físico, el Slackline exige destreza, capacidad de prestar mucha atención a todos los detalles y paciencia para controlar cada uno de los movimientos y lograr tu objetivo. De manera divertida, mejorarás el acondicionamiento físico y entrenarás el raciocinio lógico. “Ejercitarás el cuerpo y la mente, lo que te ayudará a reflexionar y a combatir algunos de los síntomas del estrés y la ansiedad, como el insomnio”, señalan en un artículo publicado en Ella Hoy.
Origen y donde se practica
Original del Valle de Yosemite en California, el Slackline nació en los años 80 cuando los escaladores comenzaron a practicar el equilibrio como preparación para la escalada. Paulatinamente la actividad fue desarrollándose hasta ascender a la categoría de deporte. La playa, el campo y los parques son normalmente los escenarios elegidos por quien lo practica pero también es una modalidad que se está incorporando en los gimnasios. A pesar de ser una actividad relativamente nueva, el Slackline se ha vuelto muy popular en los últimos años. En España, y en especial en Cataluña, un gran número de aficionados aprovechan los diferentes parajes naturales de la región.
Existen variantes del Slackline y, dependiendo de la opción elegida, su práctica requiere de una buena preparación física y una instalación que soporte el peso del cuerpo del deportista. Entre las modalidades más conocidas destacan el Trickline que se practica sobre una cita de unos 50 milímetros y a 1.30 m aproximadamente del suelo; el Highline con la cuerda a una altura lo suficiente para que no roce el suelo; y el Waterline donde se monta la cinta sobre el agua.
Comparte este artículo con tus amigos.