Este es un escrito dirigido sobretodo a grandes deportistas que, en común conmigo, son anónimos y llenos de talento e inquietudes, personas que se han dejado la piel en cada entrenamiento y en cada prueba por el simple hecho de llevar el deporte y la competitividad sana en la sangre. Me llamo Marc Escobosa, tengo 44 años y ya no recuerdo la primera vez que comencé a hacer deporte. De profesión ingeniero, lo dejé todo para dedicar y ganarme la vida en el sector del fitness. Podríamos decir que en el mundo del deporte lo he hecho todo, pero nunca me había sentido completo hasta que no superé el gran reto de la maratón, y más; la Maratón de Barcelona, la de mi ciudad.
Preparando la Maratón de Barcelona
Soy especialista en carreras de obstáculos (Spartan Race), Spartan SGX Coach Internacional, aficionado al trail de montaña y siempre me había quedado el pesar de hacer la maratón, un sentimiento que se lleva dentro y que no te deja descansar hasta que te enfrentas a él. Sentir el asfalto, el griterío de la gente, la fatiga extrema y enfrentarse a tus límites físicos, son, sin lugar a dudas, lo que me llevaron a inscribirme en la maratón, reconociendo también, que vivir de la anécdota valdría la pena.
El tiempo de preparación para una persona de mi perfil que entrena habitualmente, y está acostumbrado a las carreras de montaña, pasaba por hacer principalmente una adaptación al terreno, que en mi caso sería cómo superar la transición de la montaña a 42 kilómetros de asfalto. Creo que en los tres meses que fui combinando los entrenamientos en estos dos ámbitos tan diferentes, conseguí adaptarme. Nunca superé un entrenamiento superior a 30 Km de distancia, pero creedme: si os digo que los kilómetros corridos por semana, el entrenamiento cruzado, el descanso, la dieta y la suplementación y escuchar al cuerpo y hacer trabajo de recuperación muscular visitando al fisioterapeuta, me llevaron al éxito, me llevaron a cruzar la meta.
Me gustaría comentar mi experiencia sobre el mito del muro. Esta trampa que acostumbra a aparecer sobre el kilómetro 30 y que puede afectar o no, dependiendo de genéticas, dependiendo de la calidad de la preparación previa que hayas tenido, dependiendo de la alimentación anterior y suplementación deportiva durante la prueba… En resumen, por mi experiencia puedo decir que lo sufrí, pero que mentalmente tienes que salir adelante y vencer esta sensación de vacío y fatiga límite, a través de una mentalidad firme, decidido a conseguir el objetivo y a través de la suplementación deportiva adecuada durante los últimos kilómetros. Ciertamente, no todo el mundo la sufre. Después de analizar mucho este «agujero negro» de las maratones, yo vinculo al muro muy probablemente, a la exigencia del ritmo de la carrera si no está en linea con la realidad cardiovascular y muscular.
Consejos previos para la carrera
Como sugerencia a una alimentación adecuada la semana anterior de la carrera, recomiendo comer equilibradamente, puntualizando mucho la alimentación posterior a los entrenamientos que deben ser ricos en partes similares en cuanto a carbohidratos y proteínas. Los últimos cuatro días, en mi caso hacer, una carga de hidratos de carbono por la tarde, hidratos de carbono como pueden ser pastas y arroces integrales, y los últimos dos días hacer una hidratación adecuada. Inclusive la suplementación deportiva a nivel de recuperadores musculares siempre ayudan a recuperar los niveles internos del organismo para dejarlo optimo para el siguiente entrenamiento. Lo encuentro muy recomendable en pruebas tan largas donde una mala preparación física previa te puede llevar a menudo a caer en el sobreentrenamiento e, incluso, a fallar el mismo día de la carrera.
Como aguantar la maratón
Durante la carrera tenemos un mundo de suplementación deportiva o alimentos que, estratégicamente bien posicionados en el momento que requiere, podemos utilizar y encontrar en los avituallamientos de carrera. Me refiero a frutas como el plátano y la naranja, los llamados sólidos, que aportan glúcidos rápidos, así como frutos secos que aportan proteínas y ácidos grasos. Los llamados «geles» que de igual forma portan carbohidratos de demanda más o menos inmediata. Existen de muchos sabores y hay que contienen cafeína para imprimir un plus de energía en los últimos kilómetros. También es recomendable llevar de casa algún comprimido de sales para evitar posibles rampas musculares, habituales en estas carreras previsiblemente en gemelos o isquiotibiales. Al final cada persona es un mundo, y todo el mundo sabe que puede comer las tres horas antes de una carrera para que no se ponga indispuesto y te permita hacer la prueba sin molestias intestinales, siempre indeseables. Muy importante y tan sencillo pero, es hidratarse mucho durante la carrera intercalando agua y bebidas isotónicas a voluntad según la necesidad. Creo que todo este soporte alimentario se tiene que utilizar con criterio y según las necesidades que el cuerpo va solicitando, para ello existen tantos avituallamientos en estos tipos de pruebas.
Para acabar, me gustaría hacer un resumen de lo que representa acabar una prueba tan exigente y tan respetuosa como es acabar una maratón. Para mi la llegada (el último kilómetro) es inolvidable, completamente agotador, sintiendo el asfalto más duro que el diamante bajo las piernas y con ganas de dejarte caer al suelo. Y en cambio el sentimiento de luchar hasta el final hace reaparecer una energía extra inexplicable, como una energía de supervivencia que todo lo puede, y que por fin te hace cruzar la linea de llegada con una cara de sufrimiento indescriptible pero con una sonrisa interna en el corazón que vale toda la satisfacción personal del mundo. Mucho más allá del tiempo que pueda marcar el cronómetro, una vez alzas los ojos, algunos llenos de lágrimas de tantas y tantas emociones indescriptibles, esas que son únicas de una maratón y que te hacen sentir un superhombre o una supermujer, aunque sea por unos breves momentos. Toda la experiencia en general hace que valga la pena volverse a preparar para repetir el año siguiente.
Marc Escobosa
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