El sobrepeso y la obesidad se han convertido en enemigos para la salud. En España estos trastornos ya afectan al 20% de la población. A pesar de la evidencia científica, no terminamos de concienciarnos que el desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas puede condicionar nuestra esperanza de vida. Controlar la ingesta de alimentos de alto contenido calórico y perder peso no solo es posible sino necesario. Incluir en nuestra rutina diaria algún tipo de actividad física proporciona innumerables beneficios tanto para el cuerpo como para la mente. Se trata de elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades y circunstancias.
Considerado antes un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente el sobrepeso y la obesidad son prevalentes también en los países de ingresos bajos y medianos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define estos trastornos como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Los factores pueden ser de distintas índoles. «Probablemente el nivel educativo y socioeconómico sean los más influyentes», apunta la Doctora Susana Moreneo, secretaria de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
Más allá que la estética
En ocasiones, parte de la ciudadanía no reconoce la obesidad como una enfermedad, lo ven como un problema meramente estético. Sin embargo, no reconocerla ni diagnosticarla favorece la aparición de patologías asociadas como la hipertensión arterial (HTA), la diabetes mellitus (DM), la hipercolesterolemia, la apnea del sueño y ciertos tipos de cáncer. Es importante tener en cuenta también los factores psicológicos implicados en esta patología, como son los estados ansioso-depresivos, por la baja autoestima del paciente y su mala calidad de vida.
Como identificar tu IMC
Según la OMS, el Índice de Masa Corporal (IMC) es un indicador simple que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). Una persona con un IMC igual o superior a 25 se considera con sobrepeso, mientras que un adulto se considera obeso cuando su IMC es igual o superior a 30. Siempre que las circunstancias personales o de salud lo permitan, se recomienda combinar el ejercicio con una dieta equilibrada, basada en contenido de nivel calórico. Un déficit calórico razonable y coherente supone aproximadamente un recorte de entre el 15 y el 20% de las necesidades calóricas de mantenimiento.
Actividades sencillas y saludables
Como método para prevenir el sobrepeso y la obesidad, la OMS recomienda 150 minutos semanales de actividad física moderada, combinando entrenamiento de fuerza y cardiovascular. Caminar rápido, nadar, montar en bici o entrenar pesas son algunas opciones sencillas para perder peso y mantener un estilo de vida saludable. Sin olvidar los pequeños gestos como ir andando hasta el trabajo, subir escaleras, las labores del hogar o jugar con los niños. Si realizados con energía y determinación, estos pequeños hábitos también pueden ayudar al objetivo final, que no es otro que mejorar tu salud.